Relaciones Sociales en la Infancia
Las primeras relaciones sociales del niño son las que establece con los adultos que lo cuidan, aquellas que forman el apego del niño hacia sus cuidadores más cercanos, hacia sus padres; de estas relaciones que proporcionan el afecto y seguridad básicos, surgirán después las primeras relaciones con los iguales.
Los dos primeros años de vida son pre-morales. El niño cuando no obra conforme a lo esperado en sus relaciones con los demás no es inmoral, sino amoral. El niño es “puro deseo”, sólo conoce sus necesidades y su conducta tenderá a satisfacerlas ciegamente.Gracias a sus relaciones con los adultos comenzará a interiorizar que los demás también tienen sus deseos y necesidades, que él es uno entre muchos, y que los demás (incluso sus propios padres) no están ahí para satisfacer sus peticiones constantemente, sino que a veces se las niegan, o se puede producir un conflicto de intereses.
La guardería o escuela infantil:
En la guardería se producen dos nuevas formas de interacción social en la vida del niño.Por un lado con la educadora, que de alguna forma supone la continuación de la figura adulta que representan los padres (con más frecuencia la madre).Y por otro lado con los iguales, con el grupo de pares. Lo normal es que el niño llegue a esta situación sin experiencias previas de interacción con grupos grandes de otros niños.Así es que supondrá un intenso desafío el aprender a adaptar su conducta a la de los demás, así como a las normas y la organización de espacios y tiempos del grupo y de la propia escuela.
El juego:
Como en tantos aprendizajes vitales el juego adquiere una importancia fundamental en la socialización del niño.La mejor forma de estudiar las relaciones sociales de los niños con sus coetáneos es a través del juego. El juego permite la simulación de roles y papeles, permite la simbolización, y siempre tiene válvulas de escape para las tensiones y conflictos que en la “vida real” no siempre se encuentran.
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